Primavera intensa
Hola, ¿qué tal?
Ha pasado mes y medio desde mi última misiva. Será demasiado para algun@s y poco para otr@s. Mi idea sigue siendo hacer dos envíos al mes. Pero, ¿y si no tengo nada interesante que contar? ¿Y si el ruido digital termina por cubrirnos?
Lo cierto es que llevo algunas semanas en las que siento que no tengo nada interesante que contar y además tengo menos tiempo libre que antes. Hoy he sentido la necesidad de enfrentarme al folio en blanco mientras escucho el nuevo disco de Maddening Flames, formación gaditana de los 90 que hace unos pocos años decidió retomar su actividad musical.
Y quería empezar contando (en relación a ese ruido que mencionaba antes) que el pasado 30 de abril comencé un experimento de limpieza. Tengo claro que la app de móvil que más tiempo me roba desde hace mucho es X, Twitter para los amigos. Bien, decidí quitarla tras treces años y medio con ella en el teléfono. Decidí entrar de vez en cuando a través del ordenador, que no es para nada lo mismo a nivel de tiempo de consumo. Mi plan era completar el mes de mayo y así lo hice. Me sentí huérfano, no lo voy a negar. He conseguido reducir mi enganche a la red, pero también he visto claro que no sé ir a la actualidad a través de otras apps o un simple buscador. Mi primer impulso desde hace mucho es informarme vía Twitter.
Cambiando de tema. Estamos en primavera, época de festivales. Cuando veo carteles que presentan 150 nombres de artistas o más, no los tomo en serio. Me entra la risa. Sonorama y Primavera Sound son dos ejemplos. ¿Cuántos actuaciones puedes ver en buenas condiciones en un festival grande? ¿Diez? ¿Quince en tres días? ¿De qué sirve diseñar un cartel con una lista de interminable? ¿Qué sentido tiene?
Hace quince días, la familia fuimos al Sierra Sonora (La Rioja). Festival rural y pequeño enclavado en la sierra de La Rioja baja. Viniegra de Abajo, entorno idílico. Me apetecía conocerlo y la verdad es que no me defraudó. Hasta el punto de que hacía mucho tiempo que no lloraba en un concierto y lo hice viendo a Idoia al mediodía. El lugar, un palacete con un jardín donde estaban colocados el escenario y las sillas. Pegados a la montaña, poca gente, respeto y atención, una propuesta musical bonita y muy poética, el sol que lucía… Quiero ilustrar esto que escribo con una foto que publicó el propio festival para que os hagáis una mejor idea. Desconozco la autoría de la misma.
Siempre que he formado parte de la organización de festivales he intentado aportar diseños que ayudasen a dar formar a eventos que no sean más de lo mismo. Y creo que tanto en Somos Estrellas como en Barruan lo logramos. Sucede que hacer rentable algo más especial, menos mainstream, es una ruina. Pero tengo muy claro que es lo que me sigue motivando. Y una propuesta como la de Sierra Sonora me ha parecido maravillosa. Así que espero volver.
Y volvemos a lo macro tras coger aire en lo micro. La semana que viene, iré a Madrid para ver a Springsteen en directo. No soy carne de rock de estadio, pero ya hace mucho tiempo que tenía ganas de volver a ver a Bruce. Creo que han pasado al menos catorce años desde la última vez.
Termino. Hoy ha publicado nuevo disco Joana Serrat, una música a la que sigo y admiro desde sus inicios. Me gustan más sus primeros discos, no obstante, recomiendo que le dediques un rato a su música. Empieza por donde te salga.
p.d. Me he quedado sin ver la película de Los Planetas y me fastidia un poco. Tengo entrada para verlos en el Bilbao Live, otro macro al que no asisto hace mucho tiempo, pero no he podido resistirme al 30 aniversario de “Super 8”.